Bocetos I
Sus ojos se cruzaron en medio de un mar de lamentos. Tanto habían sufrido esas dos almas como habían llegado a amarse. Los inoportunos desencantos facilitaron la acumulación de emociones, pero ahora se hallaban dispuestos a desencallar ese deseo. La hora del anhelado contacto arribaba a sus vidas: sus tiernos espíritus se aunaron en un beso. Por primera vez, él experimentaba la bastedad de sabores que lindaba su boca, mientras que los labios vecinos halagaban la plenitud de sus sentidos. Los encantos del amor surtían su efecto en la profundidad de aquel sello.
1 comentario:
Bello poema en prosa.
Un beso es el encuentro de los cuerpos, y cuando el amor existe, el de las almas.
Un abrazo de Luz.
Publicar un comentario