Paralelas
Lo poco que he vivido en este mundo no fue nada gratificante. Siempre he sentido que, cuando estoy a punto de formar parte de algo, una fuerza externa me arrastra hacia atrás; toda posibilidad de avanzar me es negada. Todo momento de goce pasa a ser un recuerdo fingido, una fantasía ideada en mi cabeza para rellenar esos espacios vacíos. Mi alma pide a gritos que la libere de su prisión, de esta vida sin valor y sin sentido que es obligada a llevar día tras día. Pareciera ser que en este mundo, en este tiempo, no hay lugar para mí.
Lo lamento, pero debo despedirme.
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Siempre he sentido que, cuando estoy a punto de dejarlo todo, una fuerza externa me impulsa hacia delante; toda posibilidad de abandono se reduce a nada. Todo momento perturbador pasa a ser un recuerdo lejano, una experiencia superada que fortalece mi mente. Mi alma suplica por prolongar su permanencia, por continuar con esta vida enriquecedora y gratificante que sólo peligra por la debilidad de mi carne. Pareciera ser que este mundo, este tiempo, son el marco ideal para mí.
Lo percibo, mi partida está lejana.
