jueves, septiembre 13, 2007

Premio Blog Solidario

Agradezco a Michele por haberme entregado este premio.





La intención de todo esto es promocionar a la blogosfera. A continuación la premisa de la misma escrita por la creadora del premio BohemiaMar:

''Existen muchos premios y galardones con prestigio y solera a lo largo del planeta que se otorgan a personas que hayan resaltado por alguna técnica o actividad.

Siguiendo la moda de los premios blogger entre la blogosfera, he tenido la idea de hacer uno dedicado a los blogs que se destacan o han destacado en alguna ocasión por su solidaridad, tanto a nivel general como individual. Creo que merecen una especial distinción, y debemos demostrarles nuestro agradecimiento y cariño en este mundo en el que corre mucho egoísmo e indiferencia. Además, gracias a estos blogs solidarios podemos promocionar una vez más la blogosfera.''

Los requisitos son los siguientes:

1º. Redactar un post mostrando el premio y citando al blog que te lo otorga con un enlace.
2º. Premiar a 7 blogs (mínimo) que se hayan destacado por ayudar, apoyar o compartir. Citarlos y enlazarlos. (opcional)
3º. Y exhibir tu premio. (opcional)


Y los elegidos son:

1. Obituarios
2.
Pensamientos
3.
Yo que pinche necesidad!!!
4.
Steel Butterfly's Art
5.
Se vende corazón
6.
IF YOU ARE NEAR TO THE DARK
7.
Ciclotímico Autisteado

La primera y la última

La escena transcurre en una casa de velatorios. El ataúd se encuentra en el centro. Hay una fila de sillones individuales dispuesta contra la pared de la izquierda y otra contra la de la derecha. Catalina lleva puesto un vestido negro. La mujer X viste uno similar y además tiene un sombrero negro con un velo del mismo color.


Catalina:- Te acompaño el sentimiento. (Besa en la mejilla a la mujer X. Esta no contesta sino que se limita a ocultar la vista tras el velo y toma asiento en uno de los sillones de la izquierda. Catalina se sienta en un sillón contiguo.) Cuando Cris me lo dijo, me quedé helada. Hoy en día la calle es un peligro. Muchos delincuentes, poca seguridad. Pero que le ocurriera justo a él, parece increíble. No lo esperaba, ninguno de nosotros lo esperaba. (La mujer X coloca una mano sobre el apoyabrazos. Catalina apoya la suya sobre esta.) Hacía bastante que no nos veíamos, pero nunca perdimos contacto. Cuando lo supe, me sentí impulsada a venir. Sabía que tenía que estar aquí. (Presiona con fuerza la mano de X.) En momentos como este tenemos que apoyarnos. Él lo hubiera querido así, ¿verdad? (Vuelve a presionar la mano de X.) Fueron años, años enteros que pasamos juntos. Compañeros de vida, amigos incondicionales. Él y yo, juntos, siempre. Ni siquiera era necesario que hablásemos, era suficiente con escuchar la respiración del otro. Nos entendíamos bien, no nos hacía falta nadie más. Nuestra relación era... (Vuelve a presionar la mano de X, quien la quita rápidamente, con gesto de dolor. Por primera vez la mujer X encuentra la mirada de Catalina.) Disculpa querida, a veces no se medir mi propia fuerza. (Suspira.) No se si lo recuerdes... Quizás te lo haya contado alguna vez, aunque... no lo creo, en general él se reservaba ese tipo de cosas. Pero, querida, (La mujer X aparta la vista una vez más. Catalina toma ambas manos de X entre las suyas y la obliga a encontrar sus ojos.) aquellos eran tiempos maravillosos. Él estaba en todo su esplendor. De día, iba a estudiar filosofía; de noche, a vagar por Recoleta. (Suelta las manos de X y baja la vista. Ahora es X quien busca la mirada de Catalina, con lágrimas en los ojos.) Salvo nuestras noches bluseras. ¡Qué noches, querida, qué noches! Se aparecía por casa a última hora y nos íbamos directo a la bodega de papá. ¡Las veces que habremos agotado sus reservas! (La mujer X la observa fijamente.) Disculpa querida, olvidaba que sientes aversión por el alcohol. Él siempre te respetó. Por eso frente a tí nunca tomaba más de una copa. Pero debes comprender, en aquel momento éramos jóvenes, estábamos en plena adolescencia. A él le gustaba probar cosas nuevas, experimentar otras sensaciones, y tú todavía jugabas con muñecas. Fue un breve período nada más. Cuando comenzó a salir contigo se había puesto más seriecito. Me llevó tiempo, pero te lo entregué domesticado. (La mujer X hace ademán de querer pararse. Desiste cuando Catalina vuelve a hablarle.) ¿Nunca te lo dijo? Oh, querida, disculpa. No se por qué te digo todo esto. No son más que anécdotas, asuntos viejos, sin importancia. No me prestes atención. Si él hubiese tenido más tiempo... (Se incorpora y se acerca al ataúd. La mujer X la sigue y se coloca al otro lado del ataúd, de modo que ambas mujeres quedan enfrentadas.) ...te lo podría haber contado mejor que yo. Era de poco hablar, pero cuando quería podía engalanar con la palabra a cualquiera. Cris también tiene algo de eso. Heredó la oratoria de su padre. Debes estar orgullosa. (Extiende una mano hacia la mejilla izquierda de la mujer X y la acaricia. Luego la aparta con brusquedad.) Orgullosa, exhibiendo tu anillo de bodas. Orgullosa, sonriendo en las fotos de tu luna de miel. Orgullosa, aguardándolo con una cena caliente. Orgullosa, dando a luz a su hijo. Así eres tú. Te sientes orgullosa por haber sido la primera en encarcelarlo. Yo estoy orgullosa de haber sido la última en liberarlo.

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